29/01/2018
La cirugía plástica más demandada en Navarra es la de mama, según los cirujanos plásticos que ejercen en la comunidad foral y han sido encuestados por la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) con motivo de una jornada al respecto celebrada en Pamplona el pasado 26 de enero.
Más aún, la demanda de intervenciones de cirugía plástica mamaria se ha incrementado un 10% en Navarra en los últimos dos años, el periodo habitual que, para confirmar una tendencia, toma en consideración la SECPRE, cuya encuesta muestra también que la finalidad de tales intervenciones es estética en el 53% de los casos y reparadora en el 47%.
En el ámbito mamario, la cirugía plástica reparadora es aquella que, tenga o no también un objetivo estético, persigue principalmente la corrección de malformaciones congénitas, como las mamas tuberosas y las asimetrías, o las secuelas de tratamientos oncológicos, como la extirpación mamaria (mastectomía) por cáncer de mama.
Según el sondeo, las navarras de entre 30 y 44 años son las que más recurren, sea por motivos estéticos o reparadores, a los cuatro tipos de intervenciones que comprende la cirugía plástica mamaria: aumento de mamas -la más practicada-, reducción, elevación o la que consiste en la combinación de aumento y elevación.
En concreto, en el caso del aumento mamario, las pacientes de 30-44 años demandan el 55,5% de las intervenciones, seguidas de las de entre 18 y 29 años, con el 44,5% restante. Sin embargo, en las demás intervenciones (reducción, elevación y aumento + elevación), a las pacientes de 30-44 años (70,3% de demanda media) les siguen en interés las de 45-60 años (26%) y, ya lejos, las de 18-29 (3,7%).
Intervenciones y técnicas
En la jornada sobre cirugía plástica mamaria, organizada por la Vocalía de Docencia de la SECPRE junto a la Fundación Docente de esta sociedad, impartieron sus ponencias algunos de los máximos expertos españoles en la materia y asistieron en torno a un centenar de participantes, tanto especialistas en ejercicio como en formación (médicos residentes).
Respecto a las intervenciones de aumento mamario, en Navarra y el conjunto de España, en torno al 90% continúan realizándose con implantes por su eficacia, rapidez y seguridad, si bien, en los últimos años, ha ido creciendo la utilización de tejido adiposo (grasa) de la propia paciente hasta situarse en el 10% actual.
Estos aumentos con tejido autólogo se realizan, sobre todo, cuando las pacientes presentan exceso de grasa en otras zonas del cuerpo -principalmente el abdomen, del que se extrae mediante liposucción para su posterior implantación en el pecho- o asimetrías de volumen entre una mama y otra, cuya corrección no precisa de prótesis.
Las intervenciones de elevación de las mamas tampoco requieren de implantes si las pacientes cuentan con suficiente volumen, optándose entonces por la remodelación de sus propias glándulas mamarias para lograr el objetivo estético deseado. Sin embargo, en las intervenciones de reducción, la finalidad suele ser más funcional que estética, a fin de corregir molestias físicas, como dolores de espalda.
Otras razones por las que las mujeres se someten a la reducción mamaria son la aparición de eccemas o de intértrigo (inflamación de los pliegues de la piel) en los surcos submamarios (la parte inferior del pecho, donde se junta con el comienzo del vientre), así como la excesiva presión y las marcas acusadas de los tirantes del sujetador en los hombros.
Existen, por otro lado, patologías como la denominada 'gigantomastia' o la 'hipertrofia mamaria', consistentes en un crecimiento desproporcionado de una o ambas mamas, sobre todo desde la pubertad o adolescencia, que, aunque benignas, suelen hacer recomendable una reducción.
Finalmente, una mesa de la jornada de la SECPRE en Pamplona abordó la cirugía plástica tras mastectomía por cáncer de mama con criterios estéticos, ahondando en la conveniencia de que este tipo de intervenciones no se limiten a reconstruir el pecho de las pacientes sino a hacerlo con criterios de simetría en volúmenes, forma y posición.
Los especialistas reunidos analizaron el recurso creciente a intervenciones como la remodelación mamaria contralateral (la manipulación de la mama sana para simetrizarla con la mama extirpada si la mastectomía sólo ha afectado a una de ellas) o técnicas como la reconstrucción con colgajos de microperforantes, que emplean 'porciones' de otras partes del cuerpo, como grasa y piel del abdomen, y las implantan en las mamas, asegurando su riego con la conexión microquirúrgica de vasos sanguíneos.
En todos los casos, la SECPRE recomienda a las pacientes que, con independencia de los motivos que les lleven a someterse a una cirugía mamaria, se aseguren de que el profesional a cargo de ella tiene la titulación de 'Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora', que se obtiene después de al menos 11 años de formación (seis de licenciatura en Medicina y cinco de especialización vía MIR) y de que la intervención se realiza en un centro sanitario con las instalaciones y los equipamientos quirúrgicos adecuados.